La Reforma Agraria y la construcción de un proyecto hidroeléctrico para generar 350 megavatios, fueron parte de las prioridades del gobierno durante el Triunfo de la Revolución Popular Sandinista.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, destacó que en este país donde los campesinos no tenían tierras, y el que tenía algún terreno se lo arrebataban los latifundistas que crecían todos los días, con apoyo de la guardia somocista.
“Y si el campesino se oponía, entonces ahí lo asesinaban, por lo tanto era de justicia entregarle tierra a los campesinos y para eso había que recuperarles la tierra que le habían robado a la sociedad, al pueblo, a los campesinos”, refirió.
A parte de la educación, el siguiente paso fue la Reforma Agraria, ya que por primera vez en la historia de Nicaragua, desaparecían latifundios, y se multiplicaban las fincas.
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“Y nos propusimos también construir escuelas, construir hospitales, nos propusimos desarrollar un gran proyecto hidroeléctrico, este gran proyecto hidroeléctrico lo empezamos a proyectar, a hacer los estudios y vinieron especialistas, ingenieros, de una nación de un pueblo, una potencia que inmediatamente, después del triunfo le dio la mano a Nicaragua, la Unión Soviética”, agregó.
También en múltiples campos comenzaron a llegar de Belarús, tractores, maquinarias para la agricultura, para la construcción.
Las maquinarias llegaron para construir carreteras y caminos, además de expertos para realizar estudios que permitieran contar con esta planta hidroeléctrica.
De acuerdo a los especialistas en la zona hacia el Mar Caribe existían grandes fuentes de agua y río para la producción de 350 megavatios de energía.
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“Y con todo el entusiasmo, pero vino entonces la barbarie, nuevamente los imperialistas de la tierra, ¿qué hicieron?, organizaron una guerra en contra de la Revolución que recién había triunfado hace 45 años, en el año 79, empezó la guerra y la asumió el presidente de los EEUU, Ronald Reagan”, refirió.
Comenzaron a organizar, a entrenar y darles manuales a las fuerzas somocistas que habían sido derrotadas y habían huido a los EEUU, Honduras, Costa Rica y nuevamente se instaló una guerra en Nicaragua.
“Apenas habíamos pasado una larga guerra contra la tiranía somocista que provocó más de 50 mil muertos, víctimas, y luego vino la otra guerra armada financiada por los gobernante norteamericanos”, destacó.
Su objetivo era asesinar a maestros mientras se construían escuelas en el campo, asesinar a médicos y enfermeras mientras se instalaban puestos de salud.
“Destruir los puestos de salud que existían, destruir escuelas, y donde estaban las maquinarias que habían llegado de Rusia trabajando en la apertura de carretera y montaña, entonces el objetivo era la maquinaria, los equipos y los conductores”, destacó.
“Entonces asesinaban a los conductores y luego dinamitaban las maquinarias, y eso fue creciendo y en la zona donde se estaba trabajando, donde se había logrado avanzar en los estudios para desarrollar ese proyecto hidroeléctrico”, dijo.
Ante estos nuevos ataques no hubo más camino que desmontar este proyecto o poner en riesgo la vida de los ingenieros y los trabajadores que llegaron a Nicaragua para cooperar.
“La Unión Soviética, siendo una potencia, no venía a instalarse aquí a ganarse la riqueza, sino a darle la mano al pueblo nicaragüense”, destacó.
Resaltó que esa es la gran diferencia entre las potencias que han sido colonialistas como EEUU y la Unión Europea, que continúan siendo neocolonialista y criminales.
