Autoridades migratorias mexicanas dieron a conocer que disolvieron una caravana de migrantes de casi 7.000 personas que había partido el 6 de junio de la ciudad sureña de Tapachula, Chiapas, y se dirigía a Ciudad de México, según un comunicado difundido por el Instituto Nacional de Migración de ese país
Los extranjeros fueron atendidos en 110 ventillas, donde se les entregó un documento migratorio que acredita su permanencia regular en México, garantizado así “sus derechos humanos, así como una migración segura, ordenada y regular”.
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El Instituto aseguró que la acción se llevó a cabo gracias a acuerdos alcanzados en las conversaciones con voceros de la caravana y representantes de Centroamérica, Venezuela, Haití y otros países, para evitar que “los migrantes sean víctimas de delincuentes que se dedican a la trata de personas o traficantes que exponen a los migrantes a condiciones inseguras”.
Asimismo, informó que en los acuerdos se dio preferencia en la atención a grupos vulnerables, mientras que los núcleos familiares fueron trasladados a las instalaciones del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia.