Una mujer originaria de Texas, Estados Unidos, fue sometida a una cirugía para extirpar una extraña masa en el bazo y tras análisis en cuatro laboratorios determinaron que presentaba cáncer terminal, por lo que fue enviada a quimioterapia.
Lisa Monk, de 39 años, declaró que le informaron que le quedaban 15 meses de vida y que debía recibir quimioterapia.
La mujer comenzó con su primera ronda de quimioterapia con pocas probabilidades de recuperarse, por lo que decidió escribir cartas a sus nietos que nunca conocería, a las bodas que nunca asistiría y lo más traumático para ella fue perder el cabello y contarle su estado de salud a la familia.
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Al mes siguiente, en una consulta de rutina le dieron una noticia que lo cambiaría todo. Según su relato, los médicos le dieron una larga explicación, con mucha “jerga científica”, para luego aclararle que nunca había tenido cáncer y que todo había sido un error. “Me felicitaron, pero me enojé mucho. Estaba en shock”, agregó.
Monk se llevó a su casa una copia del informe de patología para poder leerlo tranquila y ahí fue cuando descubrió algo aún más indignante. Los resultados que confirmaban que no estaba enferma estuvieron listos un mes antes, por lo cual entendió que el hospital tuvo esta información y la hicieron hacer quimioterapia sabiendo que no tenía nada.
