Una viuda se tomó al pie de la letra la expresión «celebración de la vida» tras el prematuro fallecimiento de su marido. Después de que su esposo Brandon, de 39 años, muriera por complicaciones derivadas de un derrame cerebral.
Katie Young renunció al servicio funerario y al velatorio tradicionales y organizó en su lugar un «Funeral» (juego de palabras entre funeral y diversión, en inglés) en su honor.
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«Cada vez que empezaba a pensar en planificar un funeral tradicional, no quería hacerlo», declaró Young, de 40 años, que agregó que no quería que sus tres hijos -Eleanor, de 12 años, Clyde, de 10, e Ingrid, de 8- quedaran traumatizados por el funeral de su padre.
Lo que quería era que recordaran a su padre.«Cada vez que pensaba en planificar un funeral tradicional para Brandon, me ponía físicamente enferma. No podía soportar la idea de sentarme en una iglesia y llorar durante los discursos», dijo Young. «Habría sido una tortura para mis hijos y, a su vez, habría sido insoportable para mí», por lo que decidió realizar un funeral distintos donde en vez de llorar se disfruto de un momento con los asistentes.
