Marlene Engelhorn, estudiante y activista alemana de 29 años, aseguró que no quiere heredar una millonaria compañía química, porque aceptar el dinero iría contra sus principios de igualdad social, además no podría ser feliz.
La estudiante de Lengua y Literatura de una universidad en Viena, Australia, se niega a aceptar la herencia que equivale a casi el 90 por ciento de la fortuna de la compañía química BASF.
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Esta compañía tuvo en 2021 ingresos de más de 79 mil millones de dólares, por lo que obtener ese dinero la convertiría en una de las personas más ricas del mundo. A pesar de eso, la joven, que es conocida por liderar movimientos con conciencia de clase, cree que aceptar el dinero iría contra sus creencias políticas.
“No debería ser mi decisión qué hacer con el dinero de mi familia por el cual no he trabajado yo“, explicó.
