La tensión social en Francia se intensificó tras la jornada de protestas del jueves, que reunió a medio millón de personas según la policía y a más de un millón de acuerdo con la Confederación General del Trabajo (CGT). Las ocho centrales de Sindicatos advirtieron que, si el Gobierno no atiende sus demandas antes del 24 de septiembre, convocarán nuevas huelgas y manifestaciones.
“El balón está ahora en el campo del Primer Ministro”, declaró Thomas Vacheron, dirigente de la CGT, al exigir respuestas al gabinete de Sébastien Lecornu.
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El conflicto se originó en el plan presupuestario del ex primer ministro François Bayrou, que proponía recortes de 44.000 millones de euros, congelación de prestaciones sociales y la supresión de dos días festivos. Aunque Lecornu ya descartó eliminar esos feriados, los sindicatos exigen abandonar por completo el ajuste fiscal.
En su lugar, reclaman un nuevo impuesto a los multimillonarios para equilibrar las cuentas públicas. Lecornu respondió que busca mantener el diálogo y anunció que volverá a reunirse con las organizaciones sindicales en los próximos días.