En Argentina, al sacerdote Franco Lutens, de 61 años, se le acusa de abuso sexual en contra de tres catequistas.
Los demandantes señalaron que, pese a que lo apartaron de su cargo, continúa libre y estudia en una universidad, por lo que mantiene contacto con jóvenes.
Las investigaciones sobre el sacerdote se iniciaron en mayo último luego de que una de las víctimas, de 19 años, comenzara a recibir asistencia psicológica y admitiera que era víctima de abuso.
Además, junto a otros dos jóvenes acudieron a la comunidad de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina, donde revelaron lo sucedido en la parroquia Virgen María Madre del Pueblo de Quilmes, en Buenos Aires.

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Respecto al perfil del sacerdote, la abogada de los tres jóvenes, Fernanda Raia, dijo que Lütens responde a las características “que tienen los abusadores, los pedófilos de la Iglesia, amparado por una institución que no castiga”.
“Él se acerca primero a personas vulnerables, no abusa por la fuerza sino a través de la manipulación. Cuando nota que la persona tiene carencias afectivas o económicas, empieza a hacerse el amigo o el padre”, agregó Raia.
“Hacía un trabajo minucioso para abusar de ellos. Los llevaba a la casa a tomar mate, les decía que se iba a bañar y se paseaba desnudo por la casa. Hacía exhibiciones obscenas”, continuó la abogada de los tres denunciantes, que al momento de los hechos eran monaguillos y catequistas.
También expresó que Lütens justificaba su actitud y ponía la responsabilidad en las víctimas, a quienes les decía: “Yo soy sacerdote, vos me hiciste caer en esto”.