El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha aprobado recientemente una nueva estrategia nacional destinada a intensificar la lucha contra el extremismo en el país.
El decreto correspondiente se publicó en el portal oficial de datos legales del gobierno de Rusia.
El documento establece: “Para garantizar una mayor implementación de la política estatal en la lucha contra el extremismo en Rusia, decreto: aprobar la estrategia adjunta para combatir el extremismo en la Federación de Rusia”.
Asimismo, se anula el decreto anterior que autorizaba la estrategia de combate al extremismo hasta el año 2025.
El decreto destaca que las amenazas más graves provienen de la difusión del neonazismo y el fortalecimiento de grupos armados nacionalistas radicales, especialmente en Ucrania, apoyados por fuerzas externas que incitan a cometer actos criminales en territorio ruso. También subraya que los riesgos relacionados con el extremismo en Ucrania afectan a los países y regiones vecinas.
El texto indica que la crisis en Ucrania la usan naciones hostiles para desatar “guerras híbridas” contra Rusia, al mismo tiempo que fomentan sentimientos rusófobos a nivel global.
En este contexto, los neonazis ucranianos, que mantienen vínculos con organizaciones criminales transnacionales y entidades terroristas internacionales, representan una amenaza significativa.
Una de las principales tareas de la nueva estrategia es eliminar la fuente de amenazas extremistas que proviene de Ucrania y evitar que representantes de comunidades extremistas y neonazis extranjeras ingresen al territorio ruso.
Además, el decreto señala entre las amenazas externas la falsificación de la historia mundial, en particular la distorsión del papel de Rusia y la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. La revisión de la historia, que minimiza la contribución soviética en la victoria sobre la Alemania nazi y el Japón militarista, es considerada un desafío serio para Rusia.
Finalmente, el decreto destaca que las políticas de ciertos países, que buscan resucitar ideas nazis, promover sentimientos de revancha y venerar a los nazis, constituyen una amenaza real para Rusia.
