Hasta en un 20 por ciento podría aumentar el número de donantes disponibles para trasplantes pediátricos de corazón de personas que acaban de fallecer, de acuerdo a informes de la Universidad de Duke en Estados Unidos.
El nuevo método desarrollado en ese país, para extraer el corazón de personas que acaban de fallecer podría aumentar considerablemente lo que brindaría una nueva esperanza a las familias de bebés enfermos que aguardan en la lista de espera para recibir este órgano.

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La mayoría de los corazones utilizados para trasplantes proviene de donantes con muerte cerebral, existe una posibilidad de recuperar este órgano tras una muerte circulatoria, es decir, cuando una persona sufre una lesión irreversible en el cerebro.
En este caso, el corazón se detiene y, pasa un tiempo sin oxígeno, lo que representa un riesgo para la viabilidad al utilizar este órgano para ser trasplantado. Para mitigar el daño y evaluar su uso, los cirujanos emplean una técnica conocida como perfusión regional normotérmica, que consiste en bombear sangre y oxígeno a los órganos torácicos y abdominales, excluyendo el cerebro.

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Los investigadores desarrollaron una alternativa innovadora conocida como reanimación cardíaca en mesa, que consiste en extraer el corazón y conectarle algunos tubos para suministrarle oxígeno y sangre para medir brevemente su capacidad de funcionar en la mesa de operaciones de un quirófano.