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Pdte. Daniel rinde homenaje a víctimas del terremoto de 1972

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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, rinden homenaje a las víctimas del terremoto del 23 de diciembre de 1972.

El presidente recordó en este 50 aniversario la “terrible hecatombe”, donde la naturaleza destruyó la capital de Managua.

Hizo referencia a los adultos mayores, jóvenes, y niños que fallecieron durante el terrible terremoto, además dijo que la vicepresidenta de Nicaragua Rosario Murillo, vivió en carne propia el desastre, debido a que vivía en el barrio San Antonio, una de las zonas más afectadas.

“Vivía ella con la familia y tenía un niño de más de un año de nacido, en una casa de dos pisos, la madre de Rosario por proteger al niño lo llevó al piso de abajo, pero se desplomó y ahí falleció un niño. O sea desde niños recién nacido, otros niños que estarían en el vientre de la madre y la madre falleció junto con el niño Una terrible hecatombe”, destacó.

Hizo referencia a que este viernes partió a otro plano de vida Blanca Segovia Sandino, hija del general Augusto C. Sandino, por lo que pidió para ella y para las víctimas del terremoto de 1972 un minuto de silencio..

Precisó que el terremoto de 23 de diciembre de 1972 lo vivió desde la cárcel en Tipitapa.

El mandatario recordó que los prisioneros sandinistas se encontraban cada uno en una celda en una galería de 2 pisos, donde tenían prohibido comunicarse, sentarse, acostarse y debían de mantenerse en pie todo el día.

“Entonces eran cuatro, cinco que estábamos en la fila de abajo y los otros cuatro o cinco en la fila de arriba, una enorme galería y ahí en la celda estaba a escrito el reglamento, que había sido fruto de los estudios que había tenido el comandante de la cárcel, y otros oficiales que habían estudiado en España, en la España de Franco, y entonces qué decía el rotulito: prohibido hablar, prohibido silbar, prohibido cantar, tiene que permanecer de pie a la vista de los guardas que se paseaban observando que estuviéramos ahí cumpliendo con las normas ahí establecida, celdas en las que habían un camarote, y prohibido sentarse. Es decir no podíamos ni sentarnos en el camarote ni en el piso, no podíamos hablar, quisimos hacerlo y nos reprimieron, nos golpearon, nos metieron al lado de cada celda, hay una puerta y ahí están los tubos que van para el agua, en un lugar estrecho, ahí nos metían y nos encerraban en las celdas de castigo”, destacó.

Con los guardias, comenzaron a tener acercamiento, para hablarles de su realidad social, económica, para que cobraran conciencia, esto les permitió que le pasaran mensaje a los compañeros que se encontraban en la clandestinidad.

Debido a ese acercamiento con los guardias, lograron introducir algunos libros para leer por la noche, sin embargo, la madrugada del 23 de diciembre notaron que las luces tomaron una fuerza superior a lo normal y luego se apagaron.

“Y en ese momento yo escuché y todos luego escuchamos, un bujido, y después del bujido empezó a temblar. EnTipitpa se sintió fuerte ese temblor, terremoto, y temblaba y el pobre policía que está ahí pegó carrera hacia la puerta que le abrieran y los que estaban el otro lado ya habían salido”, destacó.

Todos comenzaron a gritar, y los reos comunes pidieron que los sacaran, pero nadie desenllavó las celdas debido a que los soldados se habían retirado.

Dijo que ya había vivido otro terremoto en la prisión Aviación, en el año de 1967. Se encontraba en el piso con un pañuelo en los ojos intentando dormir cuando se originó el movimiento telúrico y los reos que se encontraban en los camarotes se tiraron y cayeron sobre los que se encontraban en el piso.

Debido a que la cárcel había quedado con muchos daños en su infraestructura, los reos fueron enviados a la cárcel de Tipitapa, donde después de 5 años de estar preso en este lugar, se registró el otro terremoto.

“Pasó temblando toda la noche hasta la madrugada, desde temblores fuertes, hasta temblores menos fuerte, pero el pánico era enorme en la población civil de Tipitapa de los pueblos aledaños y ya no digamos aquí en Managua”, dijo.

Ese fue un momento en el que la población se trató como hermanos, debido a que muchas familias se encontraban en condiciones terribles, y fueron auxiliadas por otras personas.

“Frente a los fenómenos de la naturaleza, la hermandad se presenta, se manifiesta”, agregó.

En esos tiempos, la ayuda que podía llegar a Nicaragua la manejaba Somoza y se movía hacia la gente que le interesaba ayudarla o que se identificaba políticamente con él.

Entonces la solidaridad cubana se hizo presente de la mano del comandante Fidel Castro, quien envió brigadas médicas y medicamentos que se instalaron en los barrios para atender a la población afectada por el fenómeno.

Nicaragua rendirá homenaje a Roberto Clemente

También destacó la valentía y el amor del pelotero de grandes ligas Roberto Clemente, quien había participado en eventos deportivos en Nicaragua y le tompo un cariño especial al pueblo.

El pelotero puertorriqueño organizó un grupo para recaudar ayuda, y viajó a Nicaragua para entregar personalmente esa ayuda.

“Y el 31 de diciembre, fíjense qué gesto de humanidad, qué gesto de hermandad qué gesto de solidaridad con Nicaragua, o sea un puertorriqueño decide sacrificar la fiesta de fin de año con su familia, con sus amistades, con su pueblo para venirse a Nicaragua en el avión a entregar esa ayuda al pueblo nicaragüense, y el vuelo partía el 31 de diciembre cuando habían logrado reunir bastante ayuda. Y levantó vuelo ese día Clemente, y todo iba bien, de repente en la torre de control desaparece la señal del avión y empiezan a preocuparse, a buscar, no aparece en los radares el avión y luego empieza una búsqueda en el mar y como dijo un hermano ´Clemente descansa en el océano´”, precisó.

Anunció que el próximo viernes 30 de diciembre se le rendirá un homenaje a Roberto Clemente, en el Estadio Nacional Soberanía.

“Los seres humanos valen por hacer el bien de manera permanente, firme sin vacilaciones”, destacó.

Nicaragua ha sufrido tres grandes terremotos

Ese terremoto tuvo una magnitud de 6.2 grados, y aunque no era tan grande fue demoledor para Managua, debido a que se juntaron muchos factores que incluye: la fragilidad de la ciudad y la profundidad del movimiento.

“Éste fue a 6 kilómetros (profundidad) casi en la superficie y el centro del terremoto estaba en la falla de Tiscapa. Entones estaba partiendo Managua y casi en la superficie, por eso fue tan violento, tan destructivo”, acotó.

En este tipo de situaciones todas las instituciones y el pueblo en general es un solo cuerpo, que defiende la seguridad, el trabajo, el bienestar, el progreso y para enfrentar los fenómenos agresivos de la naturaleza, porque en Nicaragua ha habido huracanes, terremotos, inundaciones, erupciones volcánicas y otros.

La historia nicaragüense destaca tres grandes terremotos, el primero fue en León entre 1578 y 1610, cuando el Volcán Momotombo entró en erupción. Sus cinco cráteres lanzaron arenas, ceniza, lava y se originaron temblores persistentes.

Con el primer temblor de 1587 la ciudad quedó parcialmente destruida sin embargo, el 11 de enero de 1610 se originó otro temblor que terminó derrumbando lo que aún quedaba en pie como: casas, iglesias, edificios públicos, por lo que toman la decisión de trasladar esa ciudad a donde actualmente se encuentra León.

El segundo evento se registró el martes Santo de marzo de 1931, con magnitud de 6 grados, en la falla del Estadio y provocó entre 1200 y 1500 muertos, 2 mil heridos y 45 mil damnificados, una cantidad consideraba muy grande, debido a que la población en Managua era de 60 mil habitantes.

“Con el terremoto, aparte de las muertes, cayeron: el Palacio de Comunicaciones, los mercados Central y San Miguel se destruyeron se quemaron, ahí están de pie nuevamente; el Teatro Variedad, la casa del Águila, los templos de Candelaria, San Antonio, San Pedro también fueron afectado, la Penitenciaría Nacional donde hoy es el estadio ahí era la Penitenciaría Nacional ahí estaban todos lo presos, murieron ahí centenares de presos. Se destruyeron la mayoría de los edificios de Managua, y el que no se derrumbó quedó seriamente afectado. Y luego muchos incendios”, indicó.

Solamente quedó en pie la armazón de la Catedral que inició su construcción tres años antes del terremoto, así como casa Pellas, Club Social, el Palacio del Ayuntamiento, Palacio Nacional y otros edificios.

Posteriormente en 1972 se registró el terremoto que destruyó Managua y donde se estiman entre 10 mil y 15 mil muertos.

“Las pérdidas eran enormes para Nicaragua en su economía, la población en Managua era de 396 mil habitantes, luego se mantuvieron los temblores por varios días y vino la solidaridad la cooperación de Cuba, hubo solidaridad internacional”, precisó el mandatario.

Ese terremoto destruyó colegios, barrios completos como Bello Horizonte, Jardines de Santa Clara. Pero el pueblo vino recuperándose y recuperando a Managua.

Para enfrenar estos desastres naturales, han que continuar poniendo en práctica todo lo aprendido en los ejercicios de protección a la vida que organiza el SINAPRED, en coordinación con instituciones del estado y gobiernos locales.

“Y es el SINAPRED que es un sistema que se ha creado tomando como base de partida el hacer conciencia en la población, hacer conciencia pero también trasladar conocimiento para tener la forma de enfrentar estos fenómenos y que se puedan salvar vidas en primer lugar”, agregó.

A partir del 2007, el SINAPRED ha logrado una mayor fortaleza en la prevención y mitigación de desastres.

“Somos un todo y junto con las instituciones del Estado entra toda la población del país, todos los municipios, de todos los departamentos son parte de este sistema parte viva del sistema. No hay un municipio, en los 153 estamos presentes, realizando prácticas y en las prácticas se involucra todo el país”, dijo.

Y para enfrentar estos fenómenos de la naturaleza, en todo el país existen más de 200 mil brigadistas, dispuestos a poner en práctica lo aprendido para apoyar a la población.

“Siempre es bueno recordar la historia, para aprender y que no nos vaya a sorprender un huracán, un terremoto. Quién puede adivinar a qué hora viene un terremoto, se puede prever un volcán y cuando hay actividad volcánica se aleja de la población, pero un terremoto es difícil. Ahí necesitamos una reacción rápida, por eso la insistencia nuestra de hacer estos ejercicio, más vida se van a salvar si llegarse a producir una tragedia”, insistió.

Y dijo que “Este 50 aniversario del terremoto que tocó dolor y muerte, en Managua y en Nicaragua. En todo Nicaragua, elevamos nuestra nuestro amor, nuestro cariño, nuestras bendiciones para todas las familias que vivieron ese terrible terremoto y que lograron sobrevivir  pero tuvieron familiares que fallecieron”.

Igualmente reconoció a los médicos, bomberos, fuerzas que participaron en salvar vidas, brigadas internacionales y “a todos ellos también nuestro reconocimiento, nuestro cariño y sobretodo el compromiso de nuestro gobierno de seguir trabajando para asegurar hasta donde sea posible la vida de los nicaraguenses. Nuestro respeto, nuestras oraciones, nuestras bendiciones para las víctimas del terremoto”

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