Hoy, 23 de agosto, el cielo de Nicaragua brilla con una luz especial, celebrando los 91 años del nacimiento de un hijo predilecto de Jinotega, que con su amor inmenso por Managua y su arte genuino, se convirtió en el corazón palpitante de su gente. Don Otto de la Rocha López, con su sonrisa eterna y su picardía, se erigió como un símbolo viviente de la cultura nicaragüense, un artista del alma que, sin haber aprendido música en conservatorios, heredó el arte en su sangre y lo esparció como semillas de alegría a través de generaciones.
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Su legado, tan vasto como el cielo pinolero, se celebra hoy en cada rincón cultural de la patria que tanto amó. En un homenaje conmovedor, las melodías de ‘La pelo’e maiz’, ‘Managua Linda Managua’, y ‘La Pinolera’ resonarán en las voces de artistas comprometidos con el legado de este maestro, en espacios como el Teatro Nacional Rubén Darío, llevando su espíritu a cada rincón donde el arte popular florece.
Don Otto, no solo fue un artista excepcional, sino un ser humano extraordinario, un pilar de su familia y un amigo leal. Su vida, dedicada a la música y a la radio, sigue vibrando en el aire, cada mediodía y cada anochecer, a través de las ondas de Tu Nueva Radio Ya, donde su voz y su risa siguen siendo un refugio para el corazón nicaragüense.
