Fina

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Por: Marcela Pérez Silva

Me entero de que hace unas horas, a los noventa y nueve años de edad, partió al universo Fina García Marruz (La Habana 1923-2022), la gran poeta de nuestra lengua, orgullo de Cuba y de las mujeres de Nuestramérica.

Evoco su recuerdo y aparecen su cabellera de humo, su casa en El Vedado a la que alguna vez llegué con Tomás, su inteligencia clara, su cristianismo militante, y esos versos suyos que tan bien describen a mi hijo Sebastián:

CINE MUDO

No es que le falte
el sonido,
es que tiene
el silencio.

En 1942 conoció al poeta Cintio Vitier y desde entonces fueron, a decir de ella, “de un pájaro las dos alas”. Tuvieron dos hijos músicos: Sergio y José María, y vivieron sesenta y siete años de amor y colaboración literaria, hasta que la muerte los separó en 2009.

…yo lo he visto todo en los ojos de Cintio. He visto el mundo; hasta me he visto a mí misma… Él «supo morir», como confiaba Martí, pero solo se extinguió para volver a encenderse. A veces pienso que no podríamos reencontrarnos, porque nunca nos separamos. Cómo recobrarlo, si está a mi lado, si su mano querida sigue siempre en mi hombro. Cuán desdichada sería yo sin esa inspiración moral, sin mi plenitud suficiente.

Además de poeta, Fina fue crítica literaria, estudiosa de la obra de José Martí, de Rubén Darío, de Santa Teresa, de María Zambrano. Siendo muy joven frecuentó la tertulia habanera de Juan Ramón Jiménez. Fue la única mujer del grupo de intelectuales que aglutinaba José Lezama Lima en torno a la revista Orígenes, al que pertenecieron poetas como Cintio Vitier y Eliseo Diego, dramaturgos cono Virgilio Piñera y pintores como Mariano y René Portocarrero.

Con mirada profundamente religiosa, se acercan sus versos a los héroes de la revolución: Che, Camilo, Ho Chi Minh, Martin Luther King… Su poema “Plaza del pueblo a la caída de un tirano” evoca el triunfo sandinista, y los ojos de Carlos Fonseca, en sus versos, se vuelven señal.

EL VISIONARIO

Pensar que un día estuvo a vernos Carlos Fonseca
(…) un muchacho alto y desgarbado
de ojos miopes, que parecían mirar hacia otra parte.

Pensar que nosotros no sabíamos quién era,
y así estuvimos hablando con él más de una hora
(…) de Sandino, de Nicaragua
de los cristianos y la revolución.

(…) Pensar que estuvimos hablando
sencillamente con el creador del Frente
Sandinista de Liberación Nacional
y no lo vimos, ciegos, no lo vimos.”

Estas son las cosas, poeta, que a veces nos hacen pensar.

Entre las principales obras de Fina García Marruz figuran los poemarios: Las miradas perdidas (1951), Visitaciones (1970), Créditos de Charlot (1990) y Habana del centro (1997) recogidos en la antología ¿De qué, silencio, eres tú silencio? (2011). En su larga carrera ha merecido el Premio Nacional de Literatura de Cuba (1990), el Premio Pablo Neruda (2007), el Premio Reina Sofía (2011), el Premio García Lorca (2011) y la Orden José Martí, entre otras muchas distinciones.

Hoy volvió junto a Cintio. Volvió a hacerse uno, el amor.

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