Ya sea por pagar promesa o por tradición, miles de familias nicaragüenses celebran a la Purísima Concepción de María. Para compartir el brindis se preparan con anticipación.
La familia de Efraín Osejo Morales tiene 70 años de celebrar a la Conchita. Fue promovida por su mamá y ha sido transmitida de generación a generación.
“Los altares se adornaban con palmeras de corozo con chingorros de corozo y dibujos que hacíamos nosotros y se repartían cajetas, gofios, naranjas, mandarinas”, relató Osejo.
Esta familia se reúne a las tres de la tarde para realizar los rezos, que incluye el Santo Rosario y cantos a la virgen María.
Relató que esta devoción la mantienen viva, porque han puesto en manos de la virgen situaciones de enfermedad.
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“Les hablo de Cuidados Intensivos en el hospital Lenin Fonseca. Pusimos en manos de la virgen un 7 de diciembre los médicos dijeron que ya no iba a tener vida y así celebramos a la virgen y mi hermano se salvó y si creemos en ella, nos ha hecho milagros y continuamos celebrándola”, relató Osejo.
Doña Trinidad Morales, habitante del barrio Andrés Castro, tiene cerca de 20 años de celebrar a la Purísima.
Recuerda que esta tradición la iniciaron cuando su compañero de vida se encontraba enfermo.
Aunque él falleció hace 16 años, la tradición la mantiene viva con sus hijas y nietos.
Con fervor y religiosidad, estas familias celebran en armonía el novenario en honor a la Concepción de María.
