Decenas de miles de manifestantes se concentraron este sábado en Tel Aviv y Jerusalén para exigir al primer ministro Benjamin Netanyahu el regreso con vida de los 48 rehenes que permanecen en manos de Hamás. Con pancartas y consignas como “¿por qué siguen en Gaza?”, acusaron al gobierno de poner en riesgo a los cautivos con la ofensiva militar sobre la ciudad de Gaza.
Los familiares de los prisioneros increparon directamente a Netanyahu, a quien llamaron “traidor” y responsabilizaron por cualquier daño que sufran sus seres queridos. Madres como Ana Angrest y Viki Cohen denunciaron que la operación militar expone a sus hijos y advirtieron al primer ministro que pagará el costo político si no logra un acuerdo con Hamás para la liberación.
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Las movilizaciones se trasladaron hasta la residencia del jefe de gobierno, donde los participantes lo acusaron de sacrificar a los rehenes para mantenerse en el poder. Paralelamente, las Fuerzas de Defensa de Israel intensificaron bombardeos contra barrios residenciales, centros de asistencia y campamentos de refugiados en el norte de la Franja, lo que organismos internacionales describen como crímenes de guerra.
Organizaciones humanitarias y Naciones Unidas alertaron que la operación militar israelí puede derivar en desplazamientos forzados y una nueva fase de limpieza étnica.
Mientras tanto, los familiares de los rehenes reclaman que Netanyahu retome negociaciones de paz, después de que Hamás mostrara disposición a llegar a un acuerdo.