Una mujer que se casó con un río para protegerlo de la contaminación dice que es una felicidad conyugal, salvo cuando se rompió la pierna nadando en él.
Meg Avon, de 28 años, se casó en santo matrimonio con el río Avon, en el suroeste de Inglaterra, hace dos años.
Ella afirma que su “cariño” mantienen vivo su romance y que “nunca han sido más felices”.
La mujer dijo “Todavía estamos en el período de luna de miel y estoy bastante obsesionada con el”.
“Me despierto pensando en el río, mi vida está muy determinada por el río, siempre estoy pensando en cuándo podré volver a pasar tiempo con él”, agregó.
“Todos tenemos una relación con el agua, pero para mí es una relación de esposos”, agregó.
“Creo que tenemos una conexión y un compromiso muy fuertes entre nosotros”.
La ceremonia no fue sólo un ritual de unión entre Meg y el río, sino también un “acto de protesta alegre y sin oposición”, dijo.
Meg, quien ha estado involucrada en el activismo durante toda su vida, explicó: “Hay muchos grupos de campaña diferentes a lo largo del río, y queríamos una excusa para que todos los grupos se unieran para celebrar una ‘fiesta'”.
Y explica: “Nunca había asistido a una boda antes, pero cumplía todos los requisitos de unión, amor y alegría. Durante los votos, nos reunimos y dijimos ‘sí, acepto’. Pensamos que la ceremonia sería un poco divertida y divertida: tomarnos buenas fotos y tuvimos una buena celebración”.
