Una mujer presentó una demanda contra la empresa en la que laboraba, por haberla despedido, tras ser captada por las cámaras de seguridad manteniendo relaciones sexuales con uno de sus compañeros durante la jornada de trabajo.
Las imágenes muestran a la mujer manteniendo relaciones sexuales con su compañero en uno de los pasillos de un centro logístico en Madrid, España.
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Un vigilante de seguridad advirtió a la empresa, que tomó la medida de despedir a la mujer.
Tras recibir la notificación, la afectada acudió a la justicia alegando que la sanción era desproporcionada.
La , y se defendió asegurando que la ausencia de su puesto de trabajo había sido “breve” y que ocurrió en un espacio que consideraba “discreto dentro de las instalaciones”.
Mientras que la empresa, justificó la medida apoyándose en el convenio colectivo y el Estatuto de los Trabajadores, asegurando que la conducta de la empleada se trataba de una “falla grave”.
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En principio, un tribunal falló a favor de la trabajadora, declarando el despido improcedente. Sin embargo, tras un recurso, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid cambió la decisión y respaldó la postura de la empresa.
La sentencia estableció que la duración del acto ni la ausencia de un perjuicio directo para la empresa justificaban la anulación de la sanción.
La empresa terminó confirmando el despido disciplinario de la mujer.
