Un tribunal de Uzbekistán condenó a 12 años y 3 meses de prisión a una mujer que cometió un doble homicidio en la ciudad de Angren.
Lo más escalofriante es que, tras asesinar a su suegra, utilizó su carne para preparar manti, un plato tradicional de empanadillas al vapor muy popular en Asia Central.
El esposo, al enterarse de la disputa entre su madre y su pareja, regresó a casa y se encontró con la trágica escena. La mujer lo asesinó también con un cuchillo y ocultó sus restos en la propiedad familiar, aumentando el impacto del macabro crimen.
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La investigación comenzó tras la denuncia de la hermana de una de las víctimas. Las autoridades localizaron ambos cuerpos enterrados en el patio trasero de la vivienda, confirmando los atroces hechos que habían ocurrido en el hogar.
El caso ha generado alarma y fascinación, combinando elementos de violencia extrema y canibalismo.
Este ha provocado un amplio debate sobre seguridad familiar y salud mental en Uzbekistán.
La historia ha dado la vuelta a medios locales e internacionales por su insólita y aterradora naturaleza.
