La Ciudad de México se convirtió en el epicentro de la celebración del Día de Muertos, con un desfile que reunió a más de 1,4 millones de asistentes. Durante más de cuatro horas, el recorrido avanzó desde la Puerta de los Leones en Chapultepec hasta el Zócalo capitalino, en una muestra de color, arte y tradición que rindió homenaje a los seres queridos fallecidos.
La apertura del desfile incluyó una representación de la fundación de México-Tenochtitlán, mientras más de 80 contingentes provenientes de distintos estados desfilaron con carros alegóricos, catrinas monumentales, danzantes, bandas musicales y artistas circenses. Participaron colectivos culturales y programas comunitarios como Utopías y Pilares, reforzando el carácter popular y participativo del evento.
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El cierre estuvo dedicado al músico Rockdrigo González, con un carro alegórico en su honor, seguido de un inflable gigante del luchador La Parca, símbolo de la lucha libre mexicana. Estas presentaciones consolidaron el desfile como una de las expresiones culturales más representativas del país, que trasciende fronteras con celebraciones similares entre comunidades mexicanas en el extranjero.
El Zócalo, punto final del recorrido, lució cubierto con miles de flores de cempasúchil, llenando de color y aroma el corazón de la capital. “La alegría de que los que ya no están, están más cerca de nosotros”, expresó emocionado uno de los asistentes, Carlos Ramírez, al resumir el espíritu espiritual y colectivo de esta tradición mexicana.
