El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, resaltó la importancia histórica de la lucha de los pueblos indígenas y africanos en el proceso de independencia de América Latina.
Lo anterior lo expresó durante un discurso en el que abordó la complejidad del movimiento emancipador liderado por Simón Bolívar.
Maduro enfatizó que Bolívar comprendió la independencia como un proceso no lineal, que abarcó desde México hasta Argentina, y destacó el impacto de la conquista de los territorios indígenas por Francisco Pizarro.

Señaló que la victoria de Ayacucho fue clave en la consolidación del proyecto bolivariano, subrayando que Bolívar convocó a la soberanía absoluta de la patria con todo su prestigio moral y político.
“El Discurso de Angostura fue escrito a sangre y fuego durante nueve años de guerra, con victorias y grandes retrocesos. La independencia no fue un proceso simple, sino una acumulación de generaciones que resistieron y lucharon”, expresó Maduro.
Asimismo, destacó la diversidad sociocultural que dio forma a la identidad latinoamericana. “No éramos ni europeos ni americanos del norte, sino una mezcla perfecta, una visión sociológica de resistencia, lucha y mestizaje sociopolítico-cultural”, afirmó.
El mandatario valoró el papel de los pueblos indígenas en su lucha por el derecho a su lengua, cultura y territorio, así como la resistencia de los africanos esclavizados en su lucha por la libertad.
También reconoció el impacto de las ideas europeas sobre república, igualdad y libertad en la consolidación del pensamiento bolivariano.
“Este proceso de resistencia y emancipación fue simultáneo en toda la América colonizada por España, desde México hasta la Patagonia.
Comprender nuestra historia nos permite analizar las claves de nuestras victorias y derrotas”, sostuvo.
Finalmente, Maduro resaltó la importancia de estudiar la historia desde una perspectiva integral para entender el papel de los pueblos liberados por Bolívar y Sucre, quienes lograron aplastar los últimos vestigios del dominio colonial español y forjar el destino de América Latina como un territorio soberano.