El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó con firmeza las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense contra ocho jueces del Supremo Tribunal Federal (STF), calificándolas como un acto de “intimidación” y “arbitrarias y completamente sin fundamento”.
En una publicación en X, el mandatario expresó su solidaridad con los magistrados, quienes lideran el juicio contra la red golpista encabezada por el expresidente Jair Bolsonaro.

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Lula subrayó que ningún tipo de amenaza comprometerá la misión de las instituciones brasileñas de defender el Estado Democrático de Derecho. Asimismo, consideró inadmisible la interferencia extranjera en el sistema judicial de otro país, señalando que este tipo de acciones vulneran principios fundamentales como el respeto y la soberanía entre naciones.
Las sanciones, anunciadas por el secretario de Estado Marco Rubio, implican la revocación de visas a los jueces, incluyendo al ministro Alexandre de Moraes, y a sus familiares. Rubio justificó la medida por las decisiones cautelares del STF contra Bolsonaro, como el uso de tobillera electrónica y la restricción en redes sociales, acusando a Moraes de violar derechos fundamentales y encabezar una “cacería de brujas”.
La ministra de Relaciones Institucionales, Gleisi Hoffmann, respaldó el rechazo de Lula, calificando la medida como una ofensa al Poder Judicial y a la soberanía nacional. También denunció el intento de injerencia como parte de la conspiración de Bolsonaro.
En respuesta a las amenazas, Lula afirmó que Brasil no aceptará tutelaje extranjero y advirtió: “Un gringo no le da órdenes a Brasil”.