Osados voluntarios participaron de un insólito proyecto que un famoso artista del tatuaje llevó a cabo denominado Whole Glory, Scott Campbell.
Los voluntarios solo deslizaron sus brazos en un misterioso agujero, en el cual el artista plasmó el tatuaje que quiso en su piel.
La comunicación entre el artista y el destinatario no está permitida y recién pueden ver el tatuaje una vez terminado.
La alocada instalación de este proyecto se llevó a cabo en la galería Milk de Nueva York y 25 participantes se seleccionaron a través de un sorteo para recibir su tatuaje.
“Me he estado imaginando cómo será, pero estoy seguro de que no lo sabré realmente hasta que llegue allí”, dijo uno de los participantes.

“Me gusta la idea de que no habrá interacción verbal, sino que voy a tocarlos. Creo que hay algún tipo de comunicación subliminal allí.
“Es como leer las palmas de la mano, o ser adivino. Y quizá lo ama o tal vez me odie, pero yo voy a dejarme llevar”, agregó otro de los aventados participantes.
Los participantes se mostraron sorprendidos y en algunos casos dudosos de querer ser parte de este proyecto.
Pero al final lograron un tatuaje de parte de este artista quien nunca dio la cara ni dirigió palabra alguna a los que se atrevieron.