Unas 162 mujeres, presuntas víctimas de explotación sexual por parte de una organización criminal, han sido liberadas en España por la Guardia Civil en colaboración con la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera.
En la operación conjunta se arrestaron 37 personas, nueve de las cuales han ingresado en prisión.1
Esta red criminal, que operaba en la provincia de Valencia y había comenzado a expandirse a Cataluña, Murcia y Málaga, captaba a mujeres de origen sudamericano en sus países o en España y las obligaba a prostituirse en inmuebles que los delincuentes compraban o alquilaban y que se ocultaban bajo la apariencia de centros de masajes.
Se constató que las féminas se encontraban en situaciones de vulnerabilidad y carecían de permiso de residencia y trabajo en España.
Las explotadas vivían en condiciones inhumanas en inmuebles con poca ventilación, hacinadas en literas o incluso en la misma cama donde ejercían la prostitución.
Tenían restricciones severas de movilidad, ya que solo podían salir dos horas al día.
Asimismo, estaban vigiladas constantemente mediante cámaras y eran trasladas de un local a otro en función de la necesidad de la organización.
Las féminas recibirían atención integral para lograr superar todo la pesadilla que pasaron durante el tiempo que pasaron cautivas por esa organización que las explotaba sexualmente y las mantenían en condiciones inhumadas.
De esta manera las familias de las mujeres explotadas podrán tener noticias de ellas.
