Dos amigos, Rachel Counts, de 23 años y Omarion Horne, de la misma edad, jugaban la ruleta rusa, durante una partida de cartas, cuando uno de ellos murió.
Supuestamente, fue el amigo de Rachel, quien propuso jugar a la ruleta rusa, ella aceptó, sin saber que sería lo último que jugara en su vida.
Y es que, durante la partida de cartas, Horne sacó el arma homicida y propuso el peligroso juego. Posteriormente, apuntó el arma a la chica y apretó el gatillo, disparándole en el pecho. Después dejó a su “amiga”, herida en el lugar, y huyó.
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Tiempo después, oficiales de la policía recibieron el reporte de que habían disparado a una persona. Cuando llegaron al lugar de los hechos, la joven todavía estaba viva, pero malherida. Más tarde fue declarada muerta en el lugar.
Unas horas más tarde, el sospechoso fue detenido y se le acusó de asesinato. Los detectives confirmaron que el fallecimiento ocurrió mientras jugaban a la ruleta rusa. En el juzgado, el acusado se puso a llorar mientras se relataban estos hechos. La fianza se fijó en un millón de dólares.