Colombia registró el viernes una serie de atentados que dejaron al menos tres muertos y alrededor de 13 heridos en el norte y en el suroeste del país suramericano.
El hecho más grave ocurrió en la localidad de Taminango, en el departamento de Nariño en donde estalló un carro bomba en las cercanías de una estación policial, provocando la muerte de un Policía y una mujer, mientras que otras seis personas resultaron heridas debido a la explosión que causó daños en puertas y ventanas de edificaciones cercanas a la sede policial de la ciudad fronteriza con Ecuador.
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Además, un policía fue asesinado y un subteniente resultó herido en un ataque ocurrido en una zona rural del municipio de Curumaní, en el departamento del Cesar.
En otro ataque un total de seis policías resultaron heridos en un ataque perpetrado con explosivos, en el departamento de Bolívar.
La serie de ataques fue condenada por el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien lamentó el fallecimiento del policía y de los uniformados heridos en los atentados en Taminango, Nariño, y Curumaní, Cesar. También se solidarizó con los familiares de las víctimas y aseguró que «a quienes eligieron el camino de la guerra por encima de la paz les seguirá cayendo todo el peso de la ley».
