El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, denunció que hay un golpe de Estado en curso en el país, el cual es impulsado por políticos y funcionarios que buscan romper el orden constitucional y violentar la democracia.
«Estamos viendo un golpe de Estado en curso, en el que el aparato de justicia es usado para violar la justicia misma, burlando la voluntad popular expresada libremente en las urnas el 20 de agosto», preciso Arévalo, del Movimiento Semilla, en una conferencia de prensa.
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«Existe un grupo de políticos y funcionarios corruptos que se niegan a aceptar este resultado y ha puesto en marcha un plan para romper el orden constitucional y violentar la democracia», expreso Arévalo cuatro días después de que la Justicia guatemalteca inhabilitara a su partido.
El mandatario electo señaló directamente a la fiscal general, Consuelo Porras, al fiscal especial contra la impunidad, Rafael Curruchiche, al juez séptimo de lo penal, Fredy Orellana y a la Junta Directiva del Congreso, de estar detrás de una serie de acciones que para él constituyen un golpe de Estado.