Juliana Denise Vinuesa, de 31 años, fue asesinada en la localidad de Buñol, en la provincia española de Valencia, luego de que fuera donde las autoridades españolas a denunciar a su maltratador, de 51 años, frente al temor de que la matara.
Vinuesa, a pesar de haber puesto la denuncia, no contaba con ninguna medida de protección, aunque su pareja tenía denuncias previas por maltrato y era consumidor habitual de cocaína, una sustancia que suele agravar el riesgo.
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Según medios locales, por la noche le propino hasta 20 puñaladas, los golpes y las heridas en el cuerpo de la víctima atestiguan que intentó defenderse. El perpetrador confesó el crimen, cuando llamó a su exmujer, que también lo había denunciado hace un tiempo, y le contó que había acabado con la vida de su novia.
Después de que la psicóloga de Vinuesa y su madre, conscientes de que la joven no estaba preparada para pedir ayuda, acudieran a una comisaría para denunciar los maltratos y amenazas, el caso quedó catalogado como de alto riesgo de sufrir un episodio violento o mortal. El periplo judicial y la falta de seguimiento de todo tipo (forense, de servicios sociales) dejaron a esta mujer desprotegida. Medios locales señalan que el sistema de España tiene fallas debido en que con tan solo 48 horas del asesinato de Vinuesa se han registrado cinco feminicidios más.