A diez años de cárcel, fue condenada la expresidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, luego de que un tribunal la encontró culpable de los delitos de incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución, en el marco del golpe de Estado que sufrió el expresidente Evo Morales en noviembre de 2019.
De esta forma culminó el primer juicio en contra de Áñez, quien se encuentra en prisión domiciliaria desde el año pasado y que, además, enfrentará otros procesos judiciales en los que se le imputan crímenes de lesa humanidad.
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El proceso se llevó a cabo luego de una serie de retrasos, ya que debía comenzar el pasado 10 de febrero, pero fue suspendido en varias ocasiones por complicaciones técnicas, ya que debido a la pandemia se realizó vía remota, y por las constantes impugnaciones de los abogados de Áñez.
Áñez intentó por todos los medios suspender las audiencias, sobre todo por supuestos problemas de salud. Realizó huelgas de hambre, se descompensó, fue trasladada al hospital y después afirmó que padecía estrés, dolores de espalda y ataques de pánico.