Golpeada, llorando y triste fue Debora Cristina da Silva Damasceno, de 42 años, a una comisaría en Petrópolis, en el estado de Río de Janeiro, para denunciar a su esposo por agresión y solicitar medidas de protección, pero en lugar de recibir ayuda, terminó arrestada.
Resulta que todo se trató de un error judicial. Los agentes la confundieron con una mujer buscada por tráfico de drogas, cuyo nombre es similar.
Sin embargo, había distinciones claras: la verdadera sospechosa es ocho años más joven, tiene un apellido distinto y es de Minas Gerais, un estado al que Debora nunca viajó.
A pesar de estas diferencias, Debora fue esposada y pasó tres días en prisión hasta que la Justicia reconoció la equivocación y ordenó su liberación.
El informe policial indica que Debora llegó a la comisaría herida y, aun así, fue detenida. “Nadie espera ir a la comisaría a poner una denuncia y salir esposado. Me quedé sin aliento. Pasé por un momento difícil que no debía haber vivido. Quiero mi casa, quiero ver a mi madre, a mi abuela, que tiene 82 años y está desesperada. Fue aterrador”, comentó la víctima.
El abogado de Debora, Reinaldo Máximo, calificó lo ocurrido como un “error gravísimo” y confirmó que demandará al estado de Río de Janeiro por daños morales y psicológicos. “Los documentos demuestran que la Debora detenida en Río no es la Débora que debería estar detenida en Belo Horizonte”, manifestó.
