Una cárcel de máxima seguridad, en medio de la selva, en la Guayana Francesa, un territorio ubicado en Sudamérica y a más de 7.000 kilómetros de París, quiere construir, el gobierno de Emmanuel Macron.
El ministro de Justicia, Gérald Darmanin, explicó que la cárcel tendrá capacidad para 500 internos, con un ala especial para unos 60 narcotraficantes considerados de alto riesgo y otra para una quincena de presos islamistas.

Explicó que esta medida es parte de su estrategia para combatir el narcotráfico en la región.
“He decidido implantar en Guayana la tercera prisión de alta seguridad de Francia. Sesenta plazas, un régimen carcelario extremadamente estricto y un objetivo: neutralizar a los perfiles más peligrosos del narcotráfico”, declaró Darmanin, quien visitó la Guayana Francesa el pasado fin de semana.
La prisión se ubicará en Saint-Laurent-du-Maroni, un enclave estratégico situado en plena selva, a orillas del río Maroni (frontera natural con Surinam), y a 300 kilómetros de la capital, Cayena.
La zona es tan remota que algunas comunidades cercanas solo son accesibles en piragua o por vía aérea.

La elección del lugar no es casual. Entre 1850 y 1938, Saint-Laurent-du-Maroni fue el principal puerto de entrada del sistema penitenciario colonial francés. Allí desembarcaron miles de presos enviados desde la metrópoli para cumplir condenas en condiciones extremas y a menudo sin retorno.
Por ahora, no se ha levantado ni una sola estructura. Sin embargo, todo está ya decidido para iniciar la obra valorada en 400 millones de euros y su inauguración prevista para 2028.