Kerry Pegg, de 42 años, exdirectora de una prisión en Lancashire –Reino Unido, enfrenta un juicio por mala conducta. La acusan de haber entablado una relación afectiva con un traficante de drogas que cumplía una condena en su penitenciaría.

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Pegg, compareció ante un tribunal y dijo entre lágrimas que había sido “increíblemente estúpida”, aunque negó haber cometido algún delito, informaron medios locales.
Según la exdirectora de prisiones se involucró con el reo Anthony Saunderson, jefe de una banda de narcotraficantes y que firmó su liberación temporal en mayo del 2019 sin la debida autorización.
El hombre en agradecimiento, le habría regalado un Mercedes-Benz, comprado con las ganancias del tráfico de 34 kilogramos de anfetaminas, señala The Guardian.

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La Policía encontró el sedán durante un allanamiento en la casa de la exdirectora , donde también se detectaron rastros de ADN de Saunderson en un cepillo de dientes y en unas chanclas.
De igual manera, se hallaron mensajes de texto en el teléfono del narcotraficante que constataban la “naturaleza continua” de la relación entre ambos, según se alegó en la corte.