Más de dos millones de habitante de Puerto Príncipe, capital de Haití, sufren desde el pasado 17 de junio de un nuevo apagón generalizado, que se suma a la larga lista de problemas que enfrenta esa ciudad.
Además de la violencia generada por grupos criminales, la población de Haití, ahora lucha por tener energía eléctrica para la iluminación y equipos electrónicos necesarios para la subsistencia.
La empresa estatal Electricidad de Haití en julio pasado, informó que la causa del apagón es el sabotaje de cinco torres de alta tensión, las cuales requieren de reparaciones importantes y una movilización logística a gran escala.
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Se informó que la afectación en el servicio de energía eléctrica está directamente relacionado con la toma de hidroeléctrica en Péligre por parte de residentes de Mirebalais, localidad controlada por las bandas armadas.
Los manifestantes exigieron que el Gobierno reforzara la seguridad para detener la crueldad y la impunidad de los pandilleros en la zona.
La Central de la empresa estatal Electricidad de Haití, en respuesta a esta acción puso en funcionamiento sus centrales térmicas para intentar devolver la energía a algunas zonas de la capital. La empresa llamó a la calma a los habitantes y prometió trabajar para restablecer el servicio, aunque reconoce que una vuelta a la normalidad plena parece ser una meta lejana.
