Un grupo de empleadas de una autoescuela en España, resultaron despedidas luego de difundirse mensajes en los que insultaban a su jefe dentro de un chat privado de WhatsApp.
Este mismo grupo, recuperó sus puestos después de que un tribunal concluyera que su despido es improcedente.
Según, la sentencia la conversación, aunque contenía expresiones ofensivas, se produjo en un espacio cerrado entre compañeras, lo que establecía una expectativa de privacidad.
El Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB), precisó que ese contexto impide que los insultos se consideren una falta grave suficiente para justificar un despido disciplinario.
El tribunal determinó que la empresa no pudo demostrar que las trabajadoras habían injuriado públicamente a su jefe.
El grupo de WhatsApp estaba compuesto únicamente por empleadas de confianza y no formaba parte de ningún espacio laboral institucional, por lo que el contenido no debía tratarse como declaraciones públicas.
Según el mismo medio, la difusión del chat ocurrió cuando una de las integrantes del grupo, de forma unilateral, hizo llegar las capturas al empleador.
De igual manera, la despidieron junto al resto de sus compañeras.
Entre las conversaciones, las empleadas habían emitido una serie de insultos contra su superior debido a la confirmación de trabajo para los días 24 y 31 de diciembre en la empresa.
