Edward James, de 63 años de edad, lo ejecutaron en Florida, EE.UU., al condenarlo por el asesinato de una niña de 8 años y su abuela.
La ejecución se realizó en la Prisión Estatal de Florida y las autoridades lo declararon muerto poco después de que se le administrara una inyección letal compuesta por tres fármacos.

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Antes de la ejecución, James se negó a dar una declaración final.
Al hombre lo condenaron a la pena de muerte luego de declararse culpable del asesinato de Toni Neuner y su abuela, Betty Dick, de 58 años, cometido el 19 de septiembre de 1993.
Los reportes judiciales indican que Edward había bebido hasta 24 cervezas en una fiesta, ginebra y LSD (una sustancia psicodélica) antes de dirigirse al lugar del crimen.

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La niña la violaron y estrangulada hasta morir, mientas que su abuela recibió 21 puñaladas.
La defensa del hombre apeló a la sentencia ante los tribunales estatales y federales, pero las autoridades lo rechazaron
La Policía obtuvo una confesión del delito grabada en video y lo sentenciaron a la pena capital por recomendación de la gran mayoría de los miembros del jurado