Más de 59 mil personas se encuentran bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), tanto quienes llevan años residiendo en el país como los que han llegado recientemente.
De acuerdo al organismo, los migrantes son víctimas de redadas masivas que se convierten en una “cacería humana”.
Estas operaciones han colapsado la capacidad de los centros de detención, agravando el hacinamiento, la escasez de recursos sanitarios y el sufrimiento psicológico de los detenidos.

Ariel Lara, exrecluso del Centro de Detención Cromb en Florida, relató haber vivido un “calvario” en condiciones de insalubridad y constante temor.
En el centro Asson, en Texas, migrantes desesperados organizaron un llamado visual de auxilio, formando la palabra “SOS” con sus cuerpos. Las imágenes filtradas desde allí han encendido las alarmas de la comunidad internacional.
Se han documentado al menos 13 muertes bajo custodia del Servicio de Inmigración, desde que comenzaron las políticas migratorias intensificadas por el expresidente Donald Trump. Entre las víctimas se encuentra un hombre cubano de 75 años, cuya muerte se trató con indiferencia por las autoridades. Asimismo, se reportan casos de mujeres que perdieron a sus bebés y personas que se suicidan mientras están detenidas.