El Gobierno de Estados Unidos suspendió de forma indefinida las solicitudes de asilo político mientras revisa cada caso pendiente, una medida que afecta a cerca de un millón y medio de solicitantes.
La decisión llega tras el asesinato de Sarah Beckstrom, funcionaria de la Guardia Nacional, baleada en Washington D.C., presuntamente por el afgano Rahmanullah Lakanwal.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) explicó que la suspensión forma parte de nuevas acciones de seguridad nacional y se suma a la revisión de tarjetas de residencia de migrantes de 19 países considerados de especial atención, como Afganistán, Cuba, Venezuela y Haití.
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Estas medidas representan un giro en la política migratoria de EE.UU., después de que la administración de Joe Biden admitiera más de Cien Mil refugiados en 2024, la cifra más alta en 30 años, está política quedó congelada tras el ascenso de Donald Trump. Miles de solicitantes quedarán a la espera mientras el gobierno reevalúa sus expedientes.
Además, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, anunció recortes a beneficios fiscales para inmigrantes indocumentados y mayor control sobre las remesas, en un contexto donde EE.UU. registró más de 72.000 millones de dólares en transferencias transfronterizas el año pasado.
