Un investigador ruso llamado Michael Raduga, se realizó a sí mismo en la sala de su casa una cirugía de cerebro. Su objetivo fue implantarse un electrodo para controlar los sueños.
Raduga, que no tienen ningún conocimiento sobre neurocirugía o de medicina en general, sobrevivió a su operación aunque llegó a perder “un litro de sangre” durante el procedimiento.
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El hombre de 40 años originario de Kazajistán, contó que se implantó el electrodo, que él mismo diseñó y construyó para lograr controlar los sueños.
Puso como ejemplo a la película, protagonizada por Leonardo Di Caprio y Eliot Page, El Origen, que cuenta la historia de cómo los protagonistas entran a los sueños de la gente y les roban los secretos de sus subconscientes.
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