Una niña de solo 11 años, inspirada por su abuelo con Parkinson, inventó una taza especial para ayudarlo a manejar los temblores causados por la enfermedad, logrando de esa manera hacerse millonaria.
Al ver cómo su abuelo derramaba constantemente líquidos sobre sí mismo, Lily decidió hacer algo al respecto. Lo que la niña quería era simple, crear una taza que le proporcionara mayor estabilidad y evitara los derrames accidentales. La primera versión de la “Kangaroo Cup” fue creada por Lily en su casa. Se trataba de una taza con tres patas que la mantenían más estable sobre cualquier superficie, con un diseño que le permitió reducir los derrames, ya que la taza no necesitaba ser sostenida con firmeza en todo momento.
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El padre de Lily, impresionado por su ingenio, decidió apoyar su idea y lanzó una campaña para comercializar la Kangaroo Cup. La respuesta fue muy buena y la primera versión de la taza, fabricada en plástico, tuvo un gran éxito.
