Tras múltiples desilusiones con hombres más jóvenes que no la apoyaban con los gastos en el hogar, una mujer decidió tener siete esposos, todos pensionados, quienes le proporcionan estabilidad financiera.
La mujer decidió visitar lugares frecuentados por hombres mayores, incluyendo las oficinas dónde cobran sus pensiones. “Si están solitos en la fila de la pensión, es porque no tienen a nadie que los moleste en casa. Así que les empecé a coquetear”, comentó.
De este modo, fue sumando parejas, empezando con uno solo, pero en el transcurso de una semana ya había conseguido otro. A medida que fue desarrollando estas relaciones, la joven asegura que no tiene que pedirles nada, pues estos hombres, según ella, están dispuestos a darle lo que necesita sin complicaciones.
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«La gente cree que esto es fácil. A uno de mis esposos, tengo que cambiarle el pañal, entonces también es trabajo para mí», explicó, mientras mostraba a sus esposos reunidos en la sala de su casa. «Yo no hago nada, uno me trapea el piso, el otro me lava la ropa y el que se queda con la pieza principal es el que duerme conmigo esa noche por haberse esforzado toda la semana. Ellos comparten entre todos y no hay celos porque todo es un negocio. En la calle los presento como mis abuelitos y en la casa son mis esposos», relató.
«Con uno no me basta, si me aceptan con mis otros abuelitos, se quedan conmigo. Por eso actualmente tengo 7, porque es lo que yo me merezco. Si no me da lo que yo quiero, se va, así de fácil», agregó.
