En Japón, la mayoría de edad se alcanza a los 18 años, por lo que algunos productos llevan la etiqueta indicando que no son aptos para menores de 18 años. Sin embargo, en el barrio de Ota, Tokio, un grupo de estudiantes de secundaria decidió ignorar estas restricciones y llevó a la escuela unas papas fritas juhachikin.
Durante el almuerzo en el instituto técnico de Rokugo, un alumno sacó una bolsa de papas fritas Juhachikin Curry. El producto es fabricado por la empresa Isoyama Shoji, empresa de alimentos y aperitivos de la prefectura de Ibaraki y son tan picantes que son recomendadas sólo para consumidores adultos.
El chico compartió las papas fritas con unos 30 estudiantes más, y antes de que acabara el día, aproximadamente la mitad de ellos acabaron recibiendo atención médica. Poco después de comer las papas, varios adolescentes empezaron a sentir náuseas y un intenso ardor en los labios y el estómago. La escuela llamó al hospital, llegaron las ambulancias, y 14 estudiantes de primer curso fueron trasladados al hospital para ser examinados.
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El hecho de que más de una docena de personas enfermaran por comida de fuera traída por una sola persona podría hacer sospechar que el chico que ofreció las papas fritas las había manipulado primero de alguna manera como broma, pero no parece ser el caso.
La advertencia de Isoyama Shoji es más que clara, el envase contiene numerosos mensajes sobre el extremo picante del producto, advirtiendo específicamente a las personas con presión arterial alta y/o estómago débil que se abstengan de consumir las papas fritas, e indicando: «Si tiene menos de 18 años, por favor, no las coma».