Hanna Faustino, de 36 años y vive en Canadá, aseguró haber alcanzado el clímax durante el trabajo de parto para dar a luz a su segunda hija, Kaiya.
“Durante el parto, entregué mi mente a mi cuerpo y tuve sensaciones similares a un orgasmo”, declaró a Southwest News Service. “Fue muy natural pujar, y las contracciones no se sintieron tan dolorosas. Tenía esta plenitud y no quería que la sensación se detuviera”.
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La mujer relató que el parto anterior, del que nació su hijo River hace nueve años, fue largo y doloroso. “Fue más difícil que una maratón y he corrido muchas”.
Cuando se enteró de que iba a volver a ser madre, contactó a una entrenadora de partos y sus clases preparan a las mujeres para un parto sin dolor, con ejercicios de movimiento, tonificación y respiración.
“Estaba en cuclillas en mi habitación y las luces estaban tenues”, detalló Faustino. “Encontré un ritmo de respiración… y fue realmente natural empujar. Las contracciones no se sintieron tan dolorosas”.