Este viernes 21 de diciembre se da el fenómeno astronómico “solsticio de verano”, el fenómeno que ocurre dos veces en el año: en junio para el hemisferio norte y en diciembre para el hemisferio sur.
El evento explica el momento en que el Sol alcanza su máxima declinación en latitud con respecto a su línea ecuatorial. Asimismo, esta fecha se dará el día más largo y la noche más corta del año.
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Los solsticios ocurren porque el eje de rotación de la Tierra está inclinado unos 23,4 grados respecto a la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Esta inclinación provoca las estaciones de nuestro planeta, ya que los hemisferios norte y sur reciben cantidades desiguales de luz solar a lo largo de un año. Desde marzo a septiembre, el hemisferio norte está más inclinado hacia el Sol, lo que da lugar a la primavera y el verano. De septiembre a marzo, el hemisferio norte está más alejado, de ahí que ocurran el otoño y el invierno.
En este evento, el Sol tiene un rol muy importante. Representa la prosperidad, la abundancia y la fertilidad. Al tratarse el inicio de un nuevo ciclo, los expertos aseguran que es la oportunidad para reflexionar y soltar aquellos que nos hace mal.