El trabajador, Ian Clifford, demandó a la empresa tecnológica multinacional IBM por haberse sentido discriminado al no recibir un aumento de sueldo desde el 2008, cuando dejó de trabajar físicamente en la empresa por temas de salud, a pesar de que continuó recibiendo su jugoso salario.
La primera licencia médica que introdujo Ian Clifford en IBM fue en el 2008, por los siguientes cinco años no recibió un ajuste de sueldo. Sin embargo, en septiembre de 2013 exigió alguna consideración monetaria que lo mantuviera en pie.
Atendiendo a su queja, la compañía le ofreció un acuerdo de discapacidad: no podría ser despedido, pero tampoco tendría la obligación de trabajar; y seguiría recibiendo un pago de 67 mil dólares al año hasta su recuperación, jubilación o muerte.
En febrero de 2022, las quejas de Clifford volvieron a aparecer. Descontento por sus condiciones, el hombre de casi 40 años de edad llevó a IBM a un tribunal laboral de la ciudad de Reading, en Inglaterra, por una supuesta discriminación por discapacidad. Nuevamente, aseguró que el sueldo debía aumentar, pues el “valor de los pagos pronto se marchitaría” a causa de la inflación.
La causa fue desestimada y el judicial estimó que “no es discriminación por discapacidad, que el plan no sea aún más generoso”.
