En una cafetería en Redondela, España, una camarera, descubrió un trozo de dedo amputado envuelto en una servilleta. El inesperado hallazgo causó gran sorpresa y alarma entre los presentes en el local, quienes de inmediato alertaron a la Policía.
La hipótesis inicial era que se trataba de un acto delictivo, por lo que se inició una investigación para identificar al propietario del dedo y esclarecer las circunstancias del hecho.
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Luego de la investigación policial y la comparación de las huellas dactilares, se logró identificar al dueño del dedo: un vecino de la zona que había sufrido un accidente laboral días antes. El hombre, narró que ya había sido intervenido quirúrgicamente, y que el miembro amputado era suyo y su esposa lo había guardado como recuerdo.
Isolina Ramos, esposa del hombre que perdió el dedo, relató que efectivamente había guardado el fragmento en una servilleta y lo había colocado en su bolsillo. Sin embargo, al salir de la cafetería, el dedo se le cayó sin que se diera cuenta.
