En Singapur se prohíbe la venta de chicle

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Singapur

En Singapur desde 1992, se decidió prohibir la importación y venta de chicles. Esta estricta medida ha convertido en el país uno de los pocos lugares del mundo donde mascar chicle podría traerte una multa considerable.

 La razón detrás de esta medida es más simple de lo que podrías imaginar. En la década de los 80, Singapur estaba inmersa en una ambiciosa campaña para convertirse en una de las ciudades más limpias del mundo.

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Sin embargo, la suciedad provocada por los restos de chicle en las calles y, especialmente, en las puertas del recién inaugurado metro, se había convertido en un auténtico quebradero de cabeza.

Los chicles pegados a las puertas automáticas del transporte público ocasionaban averías y retrasos, lo que llevó al gobierno a tomar cartas en el asunto.