Sharon Smyth, de 53 años, y Daniel Smyth, de 75 años, quienes viven en Florence, Oregón, luego de que su perro llamado Sparky, falleciera, decidieron afrontar su muerte de forma diferente, disecándolo y convirtiéndolo en un adorno para el porche al que continúan besando y acariciando todos los días.
El perro de raza Matlipoo, falleció repentinamente tras contraer una enfermedad cuando contaba con 13 años de vida, lo que devasto a sus dueños, quienes durante 30 años de matrimonio solo han querido estar acompañados por su adorada mascota, a la cual consideraban como un «niño tierno» y ahora, gracias a la disecación, sienten que ha renacido.
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A los pocos minutos de que el perro falleciera, el matrimonio se puso en contacto con un taxidermista local al que pagaron la elevada cantidad de 2.500 dólares. Cuando Daniel era pequeño observó fascinado como sus vecinos disecaban sus mascotas fallecidas y, desde ese momento, admiró el gesto y quiso hacer lo mismo con su fiel compañero perruno.
La pareja se encuentra sumamente feliz gracias a los resultados conseguidos, pues el taxidermista logró alcanzar el aspecto casi idéntico del perro, haciendo que la pareja sienta que nunca llegó a morir. Sparky ahora se encuentra ubicado en su zona favorita de toda la casa: la ventana desde la que solía vigilar. De esta forma, ha quedado relegado a una especie de decoración para el porche. Además, continúa recibiendo el cariño y la atención de sus dueños, ya que estos lo besan, lo acarician y hablan con el de la misma forma que lo hacían diario.
