En el exclusivo burdel “Pentagon Grand” de Gold Coast, Australia, una mujer amenazó con realizar una protesta pública luego de descubrir que su esposo había gastado casi 4 mil dólares en una fiesta sexual de siete horas.
Los hechos ocurrieron cuando el hombre contrató los servicios de dos trabajadoras sexuales, incluyendo diversos fetiches y fantasías, según informó Suzanne Pfeifer, gerente del establecimiento, al Cold Coast Bulletin.
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Para ocultar su extravagante salida nocturna a su esposa, el hombre pagó la primera hora en efectivo. Sin embargo, al agotarse el dinero en efectivo, intentó realizar el pago mediante transferencia bancaria, la cual resultó infructuosa. Finalmente, el individuo optó por usar una tarjeta de crédito para continuar la fiesta. La maratónica celebración culminó después de siete horas cuando las trabajadoras sexuales declararon su agotamiento, instando al hombre a retirarse del lugar.
La situación tomó un giro inesperado cuando la esposa, acompañada de su esposo, llegó al burdel alegando que este se encontraba “borracho y drogado” y que no recordaba los eventos de la noche. Ante las cámaras de seguridad, Pfeifer, el gerente del establecimiento, aseguró que el hombre parecía estar completamente sobrio y negó cualquier negociación “exitosa” con las trabajadoras en caso de no estarlo.
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