Como parte de un rito tradicional para atraer la prosperidad a su aldea, el alcalde de San Pedro Huamelula, un pueblo al sur de México, contrajo matrimonio con un caimán hembra.
“Acepto la responsabilidad porque nos queremos, eso es lo importante, no puede haber un matrimonio si no se quieren. Nos queremos y acepto casarme con la niña princesa”, expresó Víctor Hugo Sosa, jefe de una comunidad indígena chontal del istmo de Tehuantepec, en el estado de Oaxaca.
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Agregó que siente afecto por la ‘novia’, llamada Alicia Adriana que, de acuerdo con la tradición, representa a ‘la niña princesa’.
Los caimanes en esa localidad, simbolizan el agua y la buena pesca, fuente principal de sustento de los lugareños. El matrimonio con el reptil es una especie de ofrenda a los dioses para asegurar lluvias, buenas cosechas y paz en el pueblo.