Una profesora de arte en escuelas públicas en Nueva York, Estados Unidos, decidió abandonar su profesión para dedicarse a dar abrazos a desconocidos, sin necesidad de encuentro sexual y previo pago por su servicio.
La mujer se ha convertido en una terapeuta táctil para la empresa de cuidados catárticos Cuddlist. Se definió como una “abrazadora profesional”, que cobra 150 dólares por hora a cada cliente a quien le brinda un abrazo cariñoso y otros métodos que sirven de alivio curativo.
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«En una ciudad como Nueva York, hay mucha gente solitaria y aislada, aunque estamos constantemente rodeados de miles», agregó al medio citado, donde también aclara que dejó su trabajo original en 2017, y a pesar de que no es una siquiatra autorizada, está certificada por un programa realizado por Cuddlist.
«Mis sesiones de abrazos ofrecen a los clientes un tipo específico de intimidad y aceptación incondicional que no obtienen en casa, en terapia de conversación o en un salón de masajes», añadió.
