Para limitar el tiempo de uso del teléfono móvil, una empresa de neurociencia desarrolló una funda de acero inoxidable de 2,7 kilogramos. El producto busca reducir la adicción digital mediante el cansancio físico que provoca sostenerlo.
Matter Neuroscience diseñó una carcasa que contradice la tendencia del mercado: en lugar de ser liviana, es pesada y difícil de manipular.
El accesorio se compone de dos piezas metálicas que se ajustan con tornillos alrededor del dispositivo. Su peso supera al de una computadora portátil de 16 pulgadas.
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La funda no entra en el bolsillo y resulta incómoda al sostenerla durante mucho tiempo. Según la descripción publicada en su página. “A 2,7 kilogramos, las manos y los brazos se cansan. Ese agotamiento físico crea un bucle de retroalimentación contra el uso excesivo”.
Para quitar la carcasa es necesario utilizar una llave Allen, un detalle que desalienta su remoción frecuente. Se ofrece el producto en dos versiones: acero inoxidable cuyo precio es de 210 dólares y una versión de latón más pesada por 500 dólares.
