El papa Francisco fue enterrado y casi 200 mil personas asistieron a su funeral en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.
Es el primer papa en más de un siglo en no ser inhumado en la cripta de la Basílica de San Pedro.
La tumba del papa se construyó con “piedra de Liguria, la tierra de sus abuelos”, indicó el cardenal Rolandas Makrickas.
La liturgia fúnebre es presidida por el cardenal Giovanni Battista, decano del Colegio Cardenalicio.
Líderes mundiales, incluidos los presidentes de EE.UU., Donald Trump; de Argentina, Javier Milei; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Francia, Emmanuel Macron; de Alemania, Frank Walter Steinmeier; así como el mandatario de Ecuador, Daniel Noboa, asistieron al funeral.
Y delegaciones de al menos 130 países y organizaciones internacionales, entre ellas 12 monarcas reinantes y 55 jefes de Estado, 14 jefes de Gobierno y otros altos funcionarios.
Además, se reporta que más de 4.000 periodistas han solicitado acreditación a la Santa Sede para cubrir el evento.
Al final de la celebración eucarística tiene lugar la ‘Ultima commendatio’ y la ‘Valedictio’, marcando el inicio de los Novendiales, los nueve días de luto y misas por el descanso del alma del papa.
A continuación, el féretro del pontífice es trasladado desde los exteriores de la plaza al interior de la Basílica de San Pedro y de allí a la Basílica de Santa María la Mayor para su inhumación.
Además, cumpliendo su voluntad, solo llevará la inscripción ‘Franciscus’, así como una reproducción de la cruz pectoral del pontífice.